3 Recursos Prácticos para tu IMPRO:
¡Crea una práctica consciente para mejorar la improvisación!
¡Hola bailarina! ¡Bienvenida a esta publicación tan relevante y necesaria para el equilibrio de nuestras habilidades artísticas mediante la implementación de una práctica consciente!
Creo que no me equivoco al asumir que en algún momento has tenido una experiencia parecida a esta:
Estás en clase y llega el momento de la improvisación. No sabes que hacer, te da vergüenza, estás incomoda… pero te empiezas a mover y algo va saliendo, pero no lo puedes disfrutar del todo porque sientes que te falta una intención o dirección clara y eso te incomoda…
¿Te has sentido así alguna vez?
Bueno, pues si es así, ¡estás bien acompañada!
¿SOLO ALGUNAS PUEDEN LLEGAR A IMPROVISAR BIEN?
¡Para nada! Pero muchas veces pensamos esto subconscientemente, ¿verdad?
En gran parte esto se debe a que no se le da suficiente atención a la improvisación. En clases de danza (me refiero a danzas académicas principalmente) se enseña desde la técnica, y frecuentemente la improvisación y la expresión quedan relegadas a un segundo plano. Hasta definimos la improvisación (a ratos subconscientemente y a ratos conscientemente) como los restos, el resultado de la falta de planificación — que es como se usa el término cotidianamente también: “¡no he preparado nada así que voy a improvisar!”
¡Esto es increíble! Porque la realidad es que ¡la improvisación es la expresión más sofisticada de cualquier disciplina! Es la suma de absolutamente todo lo que sabes hacer y mediante decisiones conscientes y espontáneas creas nuevas conexiones — con tu cuerpo, con la música, con el espacio, con el grupo, con tus emociones, etc.
Es decir, la improvisación está muy lejos de la desorganización y la falta de preparación, como implica el uso cotidiano del término.
¿HAY BUENAS NOTICIAS?
Las muy buenas noticias son que la improvisación es una habilidad que se trabaja como cualquier otra: práctica consciente.
Esto no depende solamente de la repetición (hacerlo mil veces a lo largo de tu vida) sino del COMO lo haces — qué estás intentando aplicar, cuál es tu meta en esta improvisación, qué estás investigando para ti misma…
Es igual que mejorar tu técnica de ballet: no depende solo de hacer un tendu 10 000 veces sino en hacerlo mejor cada vez mediante la práctica consciente (conscientemente trabajando la rotación desde la cadera, la conexión con el suelo, la alineación del cuerpo, los acentos y las velocidades musicales, la coordinación con los brazos, etc…).
La improvisación se trabaja de la misma manera, lo único que hace que nos sintamos indefensas frente a la improvisación es la falta de práctica; lo trabajamos considerablemente menos que la técnica, por lo que hay un desequilibrio de habilidades que no tiene nada que ver con tu capacidad de improvisar.
Te aseguro que eres capaz de improvisar cada vez mejor mediante la práctica consciente.
¿HAY RECURSOS PRÁCTICOS QUE PUEDO APLICAR HOY?
¡Por supuesto! Ahora que hemos establecido que todas somos capaces de ser grandes improvisadoras y que lo que necesitamos es práctica consciente, miremos algunos elementos/recursos prácticos para tu próxima improvisación:
1. Musicalidad
— hay tanto juego que se le puede sacar a la música, el truco es investigar algo por ti misma, por tu propio interés y exploración.
En el momento que empieces a jugar con la música como exploración propia en vez de para demostrarle algo a alguien, te cambiará la relación con la improvisación y el movimiento en general. Algunas cuestiones que puedes explorar en tu cuerpo en base a la música son:
- Velocidades (tiempo, medio tiempo, doble tiempo…)
- Juegos rítmicos (contratiempo, síncopa, patrones rítmicos de la música o que encajen con la música)
- Capas musicales (instrumentos —puedes llevar un instrumento específico a una parte de tu cuerpo, puedes fluir entre las cadencias de cada instrumento, puedes explorar niveles espaciales en relación al tono…)
2. Respiración
— respirar es lo primero que hacemos en el mundo; respirar es lo primero que alivia el estrés; respirar es lo que nos lleva al ritmo.
¿A qué me refiero con que la respiración es una vía de acceso al ritmo? Bueno, la mayoría de las bailarinas no somos musicólogas; quizás entendemos nociones básicas de música (tiempos, pulsos, algo de solfeo…) pero eso no significa que podemos entender ritmos complejos y pasarlo al cuerpo sobre la marcha desde lo teórico.
¿Pero sabes qué? El cuerpo sí es capaz de hacerlo sin la ayuda de tu mente consciente. Si trabajas la coordinación entre la respiración y tu movimiento, progresivamente empezarás a sentir una naturalidad rítmica interna que tu mente consciente no puede entender ni analizar (¡y menos a la velocidad de una improvisación!).
Esto es porque tu respiración ya es un ritmo interno, y si lo coordinas con tu movimiento corporal puedes vivir esa rítmica y disfrutarla sin que tu mente consciente tenga que controlar todo.
3. Laban
— si has estudiado algo del Análisis de Movimiento Laban, sabrás que esta llena de pistas para guiar tus exploraciones creativas que no se limitan a:
- Formas Geométricas (por ejemplo: puedes enfocarte en crear círculos en el espacio y/o en tu cuerpo y ver qué movimiento provoca esta exploración)
- Conexiones internas / entre diferentes partes de tu cuerpo (por ejemplo: puedes intentar moverte desde una conexión entre tu axila derecha y rodilla izquierda y ver qué movimiento provoca esta exploración).
- Uso 3D del espacio (por ejemplo: puedes imaginar que tu movimiento crea líneas láser en el espacio en todas las direcciones y ver qué movimiento provoca esta exploración).
- Diferentes tonos musculares y cadencias de movimiento (Por ejemplo: puedes bailar con una intención de flotar, atacar, arquear, cortar, presionar… y ver qué movimiento provoca esta exploración).
*Si te gustaría leer un post sobre el Análisis de Movimiento Laban, puedes comentar aquí y nos pondremos a ello*
APLICACIÓN PRÁCTICA:
Prueba una o todas estas pautas las próximas veces que improvises:
- Juega con la música
- Coordina tu respiración con tu movimiento
- Ponte pautas especificas para explorar PARA TI MISMA y no para demostrarle nada a nadie… ¡esa es una de las claves!
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