Cuerpo-Mente-Emoción como una única identidad
Solemos relegar nuestro cuerpo a un segundo plano
Con frecuencia tratamos a nuestro cuerpo como un vehículo para nuestra mente. Tratamos al cuerpo como si no tuviera mucha importancia más allá de lo que nos facilita hacer intelectualmente (como la digestión que nos permite comer y tener energía para pensar, etc.). Es decir, no tratamos nuestro cuerpo-mente-emoción como una única identidad.
La realidad es que nuestro cuerpo no está separado de nuestra vida mental ni emocional, aunque sí es cierto que muchos aspectos de nuestra sociedad divide nuestra experiencia en una rivalidad entre la mente, el cuerpo y las emociones. Por esto, en líneas generales, no es apropiado ponerte a estirar en medio de una oficina ni se considera aceptable llorar en mitad de la calle, por ejemplo.
Socialmente hemos dividido y asignado espacios específicos para nuestra parte mental/intelectual, otros espacios para nuestra parte física/corporal y otros para nuestra parte emocional. Por esto integrar nuestra identidad de cuerpo-mente-emoción como una sola es todo un aprendizaje.
El hecho de que vivamos nuestras vidas de forma segmentada a nivel de cuerpo-mente-emoción es una adaptación a la sociedad que nos rodea. No tenemos la culpa de habernos adaptado (al contrario, es necesario adaptarse). Pero esta adaptación no significa que no podamos reconocer y aprender una nueva forma más sana de manifestar nuestra identidad y también adaptarnos a las normas sociales de cada espacio.
Nuestra identidad no está dividida en cuerpo vs mente vs emociones
Podemos comprobar que nuestra identidad es tanto mental como corporal y emocional por como estas nos identifican y por como están entrelazadas.
Por ejemplo: si estás pensando en algo que te da ansiedad y tu corazón empieza a latir con más intensidad, tanto tu mente (el pensamiento) como tus emociones (la ansiedad) como tu cuerpo (tu corazón) están sincronizados.
O por ejemplo: si piensas en algo que te hace reir y te ríes en voz alta, vemos que está sincronizada tu mente (el pensamiento) con tus emociones (la alegría) y tu cuerpo (la risa física). Pero también podemos ver como esto define TU identidad y no la de otra persona, ya que lo que te hace reir es único y no será lo mismo para otras personas.
Por tanto, nuestro cuerpo-mente-emoción forma parte de una única identidad aunque la segmentamos en momentos y espacios concretos por normas sociales.
¿Cómo podemos vivir nuestro día a día con conciencia corporal?
El primer paso es reconocer la profundidad del cuerpo
Nuestro cuerpo no es solo un vehículo para la mente sino
- un baúl de recuerdos
- un espejo de nuestro estado de ánimo y salud
- una ventana a nuestros pensamientos más sinceros
- una fuente profunda de información
- una fuente profunda de sensaciones
- una fuente profunda de capacidad perceptiva
- una fuente profunda de valores
- una vía práctica de expresión de nuestras múltiples identidades (como mujeres/hombres, madres/padres, hijxs, amigxs, profesionales…).
Cuanto antes podamos reconocer esto, antes podremos elevar nuestra nuestra calidad de vida.
2. El segundo paso es ponerlo en práctica (TIPS):
Podemos entender que nuestro cuerpo-mente-emoción forma parte de nuestra misma identidad. Entendiendo esto, la integración de estos segmentos de nuestra identidad es vital. Ahora, esto no significa que no nos podemos adaptar a distintos espacios (por ejemplo si en tu espacio de trabajo no es aceptable estirar tu cuerpo, quizás puedes estirar al llegar a tu casa). La conciencia de tu cuerpo nunca será un impedimento. Al contrario, siempre podrás decidir cuánto espacio darle al cuerpo y en qué momentos, pero esto solo es posible si tienes conciencia de tu cuerpo y tu estado de salud en general.
Así que aquí van algunos TIPS que puedes probar para expandir tu conciencia corporal e integrar tu identidad a nivel de cuerpo-mente-emoción:
Mindfulness – poner atención consciente a tu cuerpo mientras haces tus actividades diarias (caminar, comer, bailar…)
Despertando sensaciones en el cuerpo – cuantas más sensaciones experimentamos y vivimos en nuestro cuerpo, más importancia y espacio ocupa en nuestra conciencia.
- Un ejemplo práctico es la danza: mientras bailas activas el cuerpo, la mente y las emociones de una manera interconectada y te vas dando cuenta que es una fuente infinita de información y sensación. Cuanto más exploras más descubres dentro de ti misma, y esto es una manera muy práctica de vivir desde el cuerpo.
- Otro ejemplo es pasar tiempo en la naturaleza: sintiendo aire, agua, sol, tierra en tu piel y dejando que estas sensaciones físicas te hagan liberar emociones.
- Otro ejemplo podría ser cocinar. Mientras te enfocas en olores, colores, sonidos, temperaturas… la mente racional coopera con las sensaciones del cuerpo y te permite vivir esta parte de tu vida cotidiana desde tu cuerpo-mente-emoción integrada.
Meditación y Respiraciones Conscientes – Meditando y respirando profundamente y conscientemente primero nos ayuda a tomar control del momento presente y a la vez relegar control del pasado, presente y futuro. Por otro lado, nos hace conscientes y nos llena de agradecimiento por nuestro cuerpo (las funciones que cumple automáticamente, las sensaciones que nos permite sentir, las actividades que nos facilita hacer, la capacidad de adaptación a nuevas circunstancias que tiene…). Integrando un hábito de meditación y/o respiración consciente puede ser una muy buena manera de integrar tu cuerpo a tu identidad como persona.
¿Cuál crees que te funcionaría mejor a ti? ¿Te animas a poner en práctica alguno de estos ejemplos para integrar tu cuerpo-mente-emoción este año?
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¡Nos vemos en la siguiente publicación!